D. José Manuel Bravo Vila, profesor de dibujo y pintor, es desde este martes 22 de octubre de 2019 miembro de la Real Academia de San Romualdo de Ciencias, Letras y Artes, tras la ceremonia de ingreso del citado como académico de número en la rama de Artes. Ante un abarrotado salón en el Centro de Congresos ‘Cortes de la Real Isla de León’, el nuevo académico ofreció su discurso de ingreso, titulado ‘Leonardo da Vinci: el genio en su laberinto’, recibiendo posteriormente la medalla y el diploma acreditativo, y siendo contestado por D. Juan Antonio Lobato García, académico y vocal de Artes de la junta de gobierno.
Apoyado en más de una treintena de diapositivas, el profesor Bravo Vila realizó un recorrido por la vida de Leonardo da Vinci centrándose primordialmente en su obra y las técnicas empleadas por un genio que vino a aportar a la pintura nuevas formas de reflejar la realidad con especial atención a la anatomía humana, de la que da Vinci fue un obstinado estudioso para lograr la perfección pictórica, así como la técnica del ‘Sfumato’ que el artista crea abriendo así paso a un renacimiento donde se crean pinturas con capas extremadamente delicadas, de precisión extraordinaria en los cabellos humanos, en las perspectivas y profundidades, sin líneas y bordes precisos que confieren a los volúmenes una exquisita sensación de inexistencia del trazo del pincel.

Quiso advertir el conferenciante en su disertación, a través de un gráfico, que la obra de da Vinci fue limitada al no ser un autor prolífico en el ámbito de la pintura, si bien el artista florentino ha sido uno de los humanistas multidisciplinares más importantes de la historia. Dado que D. José Manuel Bravo Vila se centró en su obra pictórica, destacó su carácter de “pintor singular” por sus características, su apuesta por la belleza en las personas retratadas surgiendo de la entremezcla de lo mejor de la mujer y el hombre –de ahí esos perfiles de hombres en numerosas ocasiones con rasgos femeninos, como mostró el disertador al proyectar la pintura mural ‘La última cena’ (1493-1498)- hasta el admirable tratamiento del retrato de ‘La Mona Lisa’ con las diferentes tesis sobre el paisaje del fondo del cuadro al introducir la perspectiva atmosférica que tanto influirá en el Barroco y en Velázquez como indicó el conferenciante. Es, ‘La Gioconda’, uno de los ejemplos más diáfanos del manejo de Leonardo da Vinci sobre las proporciones humanas, aprendidas casi de una manera paroxística por el pintor. De hecho, Bravo Vila quiso mostrar el lienzo de Da Vinci ‘La anunciación’ (1472-1475), ejemplo de los primeros pasos pictóricos del genio italiano, con sus desproporciones anatómicas en la figura de la Virgen –concretamente en unos de sus brazos- “y que le valieron las críticas de artistas contemporáneos, por lo que Leonardo se afana en estudiar la anatomía humana”, señaló el conferenciante, destacando su participación incluso en la disección de cadáveres acompañando al profesor renacentista de anatomía Marcantonio Della Torre, al que le unía una sólida amistad.

En este sentido, Bravo Vila aseveró que, a lo largo de la historia, han sido encontrados 800 dibujos anatómicos pintados por Leonardo da Vinci con sus correspondientes anotaciones, destacando la extraordinaria certeza en la descripción de cada una de las partes de los cuerpos y lo que ello significó para hacer realidad su pintura con una fidelidad digna del mayor encomio.
El disertador se detuvo también en el caballo Sforza a la hora de hablar de la importancia del bocetaje y la concreción posterior del dibujo de Leonardo, en este caso en su manejo del universo que rodea al ser humano y en concreto al reino animal. El modelo de Gran caballo –conocido como “El caballo de Leonardo” y “El caballo Sforza”- fue ejecutado en arcilla y concebido para ser una escultura de bronce de un caballo al trote de 8 metros de altura y 8 metros de largo. Aunque se fundieron 70 toneladas de metal para moldear la figura, no pudo ser concluida: el bronce fue utilizado para fabricar los cañones que intentaron salvar a Milán de los franceses. Poco tiempo después, el modelo fue destruido, perdiéndose así una de las más grandes esculturas del Renacimiento.
Precisamente y en el ámbito de los países relacionados con Da Vinci, el profesor Bravo Vila hizo referencia al hecho de que los estados de Italia y Francia ‘se disputen’ al gran genio de la edad media, una circunstancia agravada al cumplirse este año el 500 aniversario de su fallecimiento, hecho que se está conmemorando en diversos países con exposiciones, entre ellos los dos citados e Inglaterra. “En España no contamos con pinturas de Leonardo –explicó el conferenciante- si bien disponemos de dos códices encontrados en los archivos de la Biblioteca Nacional de España, en Madrid, en 1964”. Cabe recordar que, aun nacido en Italia, Leonardo falleció en Francia, el Louvre es un enclave capital de obras de arte donde se encuentra además ‘La Gioconda’ y, según el célebre cuadro de Ingres que así lo refleja, el inventor del Hombre Vitruviano falleció en los brazos del rey galo Francisco I el 2 de mayo de 1519, en el castillo de Ambroise. Sea como fuere, “Leonardo se convirtió en un arista para reyes. Los leonardos los poseían las monarquías, como signo de riqueza y de obtención de las mayores obras de arte”, afirmó el nuevo académico de San Romualdo en su disertación, y finalizó con el dato sobre el lienzo ‘Salvator Mundi’, que en noviembre de 2017 fue subastado y vendido a un comprador anónimo, “un príncipe saudí”. La subasta alcanzó un nuevo récord jamás imaginado, y la obra se vendió en más de 400 millones de euros. La composición representa a Cristo como salvador de mundo, sosteniendo un globo de cristal con su mano izquierda y bendiciendo con su mano derecha. Jesús aparece vestido con ropajes típicos del Renacimiento.

Tras ofrecer su discurso de ingreso en la Real Academia de San Romualdo y recibir la medalla y el diploma acreditativo, el recipendario fue contestado por D. Juan Antonio Lobato. En primer lugar, fue su deseo recordar la figura del pintor isleño y académico Ángel Torres Aléu, fallecido recientemente, enlazando con la incorporación de otro pintor en el seno de la institución académica isleña como el profesor Bravo Vila “en la condición de esta academia de perpetuarse en su labor”. Afirmó que su discurso de ingreso “ha sido preparado con esmero”, alabó las cualidades del nuevo académico como pintor (“no hace cuadros decorativos, pinta desde los sueños y es un exquisito acuarelista”) y compartió como anécdota el hecho de que D. José Manuel Bravo es un gran conocedor de la vida y obra de Da Vinci, “tanto que hace unos días me comentaba que le quedaban por escudriñar tan solo varios días en la vida de Leonardo da Vinci”.